Para
los británicos, el sentido de identidad se base en la monarquía, la bandera, y
en una ola de orgullo provocado por las tradiciones imprecisas e instituciones
democráticas. Y con estos componentes, David Cameron, sin duda añadiré
“nuestros” deportes y iconos del pop.
Al otro
lado, la identidad francesa, esta anclada, en el estado secular en sí. Los
“valores republicanos” de libertad, igualdad y fraternidad han de facto sido
erigidos como religión oficial por la ley de separación de la iglesia y el
estado en 1905.
A lo
largo del siglo XIX, la batalla entre religiosos y seculares en Francia fue
implacable, con el tema del control sobre el Estado y, en particular en la
educación. Hace 800 años, se acordó que será el Estado, y no la iglesia
Católica, que seria la potencia dominante.
Bajo la
ley de 1905, el Estado garantiza la libertad de culto para todas las
religiones. Se permiten las escuelas privadas, Sin embargo, el sistema de
educación publica inculca los valores seculares de la religión del estado.
La
“charte de la laïcité”, introducido en las escuelas el 9 de septiembre,
reafirma la realidad fundamental de Francia. Pero ¿por qué es necesario, un
siglo más tarde, de ponerlo en todas las pantallas de las paredes de todas la
escuelas del país, desde el preescolar hasta la escuela secundaria?
El
ministro de Educación Nacional, Vincent, Peillon, denuncia a los que acusan a
esta “charte” esta atacando a los musulmanes. En el siglo XXI, esta observado
que los acusados del secularismo francés vienen principalmente, especialmente
en las escuelas, de las franjas más intolerantes del Islam.
Pero
para Vincent Peillon, son precisamente los cinco millones de musulmanes
franceses, moderados o no practicantes en su gran mayoría, que tienen mas a
perder en esa erosión de la tolerancia religiosa y étnica, como el estado lo
promueve. El argumento del ministro se entiendería mejor si el Estado también
defendió esos otros valores republicanos de igualdad y fraternidad en los
suburbios mixtos y desfavorecidos de las grandes ciudades francesas.
Ocho
años después de los disturbios de 2005, el horizonte no ha sido por nada
despejado para jóvenes de los suburbios, musulmanes pero no sólo. Así que no es
sorprendente si muchos jóvenes musulmanes descontentos ven en esta “charte de
la laïcité” otro nombre para decir “status quo”.
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